Actualizado el 06/07/2023

Descubre como respetar la privacidad de tus hijos

Cuando los hijos llegan a nuestras vidas lanzamos un deseo silencioso al universo, ¡Qué nuestros pequeños jamás crezcan! Y aunque sabemos que ninguna deidad nos hará el favor tampoco esperamos que se cumpla pues llegado el momento nos entusiasma la idea de verlos crecer fuertes y sanos.

En este proceso tenemos que aceptar cambios para los que, en la mayoría de los casos, no estamos preparados… como por ejemplo cuando nuestros hijos proclaman independencia y privacidad. La pregunta es obligada ¿Qué clase de privacidad puedes darle a un niño de siete años? Si a ti también te llegó la noticia sin previo aviso veamos que es lo que nuestros hijos exigen y hasta que punto podemos dárselo.

. El despertar: Es común que acompañemos a nuestros niños a la ducha pero en algún momento tu pequeño te dirá que puede hacerlo sólo o que quiere que lo acompañe su papá, aunque la petición te parezca ridícula (lo has bañado desde que nació).

Déjalo tomar su espacio y no hagas escenas dramáticas pues según los entendidos es normal que a partir de los 6 a 8 años los niños vayan tomando conciencia de sus cuerpos y las diferencias entre ambos sexos, por lo cual empiezan a sentir “pudor”.

Además, al día siguiente pueden cambiar de opinión, recuerda que sólo son niños y no maduran de la noche a la mañana así que es probable que vayan cambiando de opinión hasta sentirse cómodos con sus decisiones.

. La adolescencia: Alejarse un poco de los padres es normal en esta etapa así que no te aflijas. Si hasta el momento la comunicación ha sido buena es seguro que la confianza continua, asegúrate de no perderla. Respeta su espacio privado; un ejemplo es llamar a la puerta antes de entrar a su habitación pero a cambio no deberá usar seguros, es necesario dar y recibir.

. Las reglas: Lo mejor que se puede hacer es crear un diálogo abierto y sincero pues es necesario que tengan claro cuales son sus límites. Hazle saber que mientras vivan bajo el mismo techo tendrá que ajustarse a las reglas de casa pero también tendrá derecho a que se respete su espacio mientras no rompa la confianza ya que, en tal caso, deberá ceñirse a una sanción.

Establece horarios de llegada, límite de tiempo para llamadas o redes sociales y asegúrate de respetar tus propias reglas pues es común que alguno de los padres ceda con tal de figurar como el “más querido”. Evita acompañarlos a todas partes pero asegúrate de saber dónde van, a qué hora regresan y con quién.

. La solución: Vigílalos, no los acoses. Nuestros temores pueden terminar en juicios injustificados como revisar cada rincón del cuarto de tu hijo porque los jóvenes de hoy consumen drogas y “quién sabe si él también lo haga”. Antes de tirar por la borda años de confianza trata de ser objetivo. Si tienes alguna sospecha por el cambio de conducta de tu hijo asegúrate de hablar con él y estar atento a sus acciones pues su comportamiento será la forma más rápida de detectarlo.

Entrar a su cuarto sin avisar, escuchar sus llamadas por el anexo o leer su diario son acciones que los padres consideran normales con tal de proteger a sus pequeños.

Lo cierto es que hacerlo de forma deliberada perjudica la relación padre-hijos y creará cierto resentimiento hacia los progenitores causando un efecto contrario al deseado pues sin necesidad de ocultar algo, se volverán mucho más celosos de la información que compartan o de lo que suceda en sus vidas.

Imagenes cortesia de «Stuart Miles»/ FreeDigitalPhotos.net

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